ENFOQUE PREVENTIVO DE LAS LESIONES EN LA MUSCULATURA ISQUIOTIBIAL EN FUTBOLISTAS
¿Qué es un desgarro isquiotibial?
Las lesiones en la musculatura isquiotibial , definidas como la queja física que afecta a la parte posterior del muslo, son las más comunes relacionadas con el fútbol. Representante entre el 13 y el 17% de todas las lesiones , y además con los largos accidentes de rehabilitación. Provocan ausencias al entrenamiento e imposibilidad de jugar, pero durante un máximo de 90 días. (1) (2)
Los análisis biomecánicos han demostrado que las roturas en los isquiotibiales aparecen en la última parte de la fase de equilibrio durante el sprint. Cuando mayor es la velocidad de carrera, mayores son estas fuerzas. El programa de fútbol de entrenamiento de cualquier Club de élite tendrá en cuenta estas premisas.. (3)
¿Cómo evitar la tendinitis de los isquiotibiales?
Las estrategias de prevención de estas lesiones suelen estar relacionadas con la realización de ejercicios para aumentar la fuerza excéntrica, como el “Isquiotibial nórdico”. Estos ejercicios pueden reducir la incidencia de lesiones en isquiotibiales . (4)
Buckthorpe y col. en 2019 (5) han publicado artículos con el fin de poner en práctica lo que dice la evidencia sobre estas lesiones .
¿Cúales son los factores de riesgo de la lesión del muslo de la pierna?
En primer lugar, los factores de riesgo se clasifican en cuatro grupos: específicos, generales, semi-importantes y reconocidos pero que no se tienen en cuenta en la práctica.
Los específicos, lesión anterior de isquiotibiales , la fuerza excéntrica, las horas de exposición a la velocidad y la resistencia a la fatiga de los isquiotibiales. También pueden influir factores psicosociales, estrategias de recuperación, fuerza funcional, estabilidad lumbo-pélvica … A partir de ahí, propone una estrategia para la prevención de lesiones en isquiotibiales en el fútbol de élite .
¿Cómo prevenir las lesiones de isquiotibiales?
En primer lugar, fortalecer la musculatura isquiotibial. Como en muchas otras lesiones, existen problemas entre las capacidades del tejido y las demandas requeridas, por eso se debe elevar el umbral de tolerancia del tejido a la carga a la que se somete. El uso de la fuerza excéntrica es el más estudiado y que ha demostrado efectividad para reducir el riesgo de lesiones primarias y secundarias. La sobrecarga excéntrica también provoca cambios en la arquitectura muscular.
Sin embargo, no simplemente se necesita fortalecer la musculatura para reducir el riesgo de lesiones. Para diseñar un entrenamiento de fuerza adecuado a la situación, se necesita incluir trabajo de fuerza de los extensores de cadera, para evitar la sobreactivación de los isquiotibiales. Se debe tener en cuenta la curva fuerza-velocidad para la mejora potencial del individuo, ya que los déficits de fuerza explosiva limitaran los picos de fuerza durante el sprint, que presentaran déficits en la vuelta al deporte después de la lesión. Y también se debe tener en cuenta la coordinación intramuscular e intermuscular, porque en caso de no activar correctamente la musculatura estabilizadora, habrá un reclutamiento compensatorio de agonistas y antagonistas que comprometerán la fuerza ejercida.
Técnicas más modernas en el entrenamiento y prevención de la lesión.
Por otra parte, a pesar de que gran parte de la investigación en futbolistas se centra en el análisis del “Nordic Hamstring Exercise”, un abordaje más individualizado y con más variabilidad resulta más eficaz por conseguir la función óptima de los isquiotibiales, ya que se necesita un equilibrio concéntrico-excéntrico-isométrico. No se debe olvidar la aplicación de esta fuerza a las demandas del fútbol, por lo que también se necesita el entrenamiento de la carrera. Estudios recientes afirman que llegar regularmente al pico de velocidad o estar cerca del pico en los entrenamientos también se asocia a la disminución del número de lesiones, por eso se expone a todos los jugadores al 95% de su máxima velocidad una o dos veces por semana. (6)
La fatiga es clave
Como ya se ha citado anteriormente, dentro de los factores de riesgo se encuentra la fatiga. El manejo de cargas es el elemento más importante para prevenir las lesiones en el fútbol de élite. Para ello, se utilizan diversas medidas, cuestionarios, registros de datos… Los incrementos de carga aguda suelen llevar riesgos asociados, debido a la fatiga puntual que provocan, pero los aumentos de la carga a largo plazo consiguen la supercompensación y aumentan la tolerancia de los futbolistas a las cargas agudas y disminuyen el riesgo de lesión.
Siguiendo con el enfoque holístico de las lesiones, se sabe que la pelvis es la responsable de la transferencia de cargas entre la columna vertebral y los miembros inferiores. Los movimientos aberrantes del complejo lumbopélvico, como el exceso de anteversión durante el sprint, pueden provocar un sobreestiramiento de la musculatura en la parte final de la fase de vuelo, asociado a la inhibición del glúteo mayor.
No solamente es importante el trabajo de la fuerza, sino que debemos mejorar la condición física general de los jugadores para poder minimizar el riesgo de lesiones. Un músculo fatigado pierde la capacidad de almacenar energía antes de realizar la fuerza que acaba resultando en una lesión.
También se debe tener en cuenta la calidad del movimiento del futbolista. Des de los patrones fundamentales de movimiento (squat, step lunge, jump and land…) tanto como de los movimientos atléticos, que necesitan buen “timing”, coordinación, control neuromuscular y están asociados con el aumento en la habilidad para aplicar fuerza funcional.
Los programas que incorporan movimientos atléticos con buena técnica y repeticiones deben centrarse en el control neuromuscular y las secuencias. Los ejercicios específicos que separan componentes de la técnica de carrera, centrándose en la estabilidad lumbopélvica y la posición de los miembros superiores e inferiores, son un componente importante del continuum del acondicionamiento.
Estas cualidades se practican de muchas formas, entre ellas en los calentamientos, en las sesiones de trabajo físico en el gimnasio y en la activación anterior a las sesiones técnicas. Un enfoque a velocidades bajas y tareas simples establecen las competencias básicas necesarias para desarrollar velocidad, complejidad y desarrollar tareas demandantes a nivel neuromuscular y trabajos de fuerza y velocidad que mejorarán las actuaciones individuales y reducirán las lesiones.
Además, estas capacidades mejoran la producción de velocidad lineal y la aceleración, dando valor a la mejora de la posición de la pelvis y la cadera, así como de los miembros inferior y superior. Sin embargo, no será suficiente es enfoque debido a la necesidad de actuar en los tres planos diferentes en las tareas que se exigen durante un partido de futbol, ya que se necesitan aceleraciones y deceleraciones, saltos y aterrizajes, cambios de dirección…
En resumen, este enfoque de Buckthorpe et al. se fundamenta en tres pilares principales que vemos en las imágenes: fortalecer la musculatura isquiotibial, monitorizar cuidadosamente las cargas de los jugadores y asegurar las mejores estrategias en la recuperación.
La evidencia aporta otras perspectivas interesantes para la reducción de las lesiones. Por ejemplo, un estudio de Malone et al. en 2017 (7), nos habla de la necesidad de mejorar la habilidad de producir velocidades altas para después mejorar las actuaciones y además reducir el índice de lesiones. Estos investigadores, confirmaron que los jugadores con exposición a cargas altas y velocidad máximas, mostraban un efecto de protección contra las lesiones. Este efecto podría explicarse por la habilidad de tolerar la carga. Por el contrario, los jugadores con carga crónica de menor magnitud tenían un riesgo mayor de lesión al exponerles al mismo número de aceleraciones a velocidad máxima.
Por otra parte, se habla de las lesiones por sobreuso en jugadores de futbol. Para ello, debemos controlar dos aspectos, la carga interna y la externa. La carga interna es la respuesta fisiológica de los jugadores a la carga externa, y se puede determinar usando la frecuencia cardíaca y mediante escalas de esfuerzo percibido. La carga externa se cuantifica en términos de distancia, velocidad y aceleraciones. (8)
Además, el estudio anterior de Malone et al. (7) examina la ratio de carga aguda-crónica, en la cual se cuantifican las cargas con la escala de Borg CR-10 de esfuerzo percibido, que se multiplica por la duración de la sesión para generar la puntuación de carga interna. En esta investigación, se encuentra que los jugadores con mejor forma física permiten mayores incrementos en la carga de entrenamiento de semana en semana sin aumentar el riesgo relativo de lesiones.
La carga externa, en cambio, se puede analizar más objetivamente con diferentes tecnologías, como GPS, acelerómetros… Se recomienda utilizar la ratio de carga aguda-crónica teniendo en cuenta los datos objetivos (aceleraciones y deceleraciones) y los más subjetivos (escala de esfuerzo percibido) para poder disminuir el riesgo de lesiones. Por eso, es relevante monitorizar todas las variables para optimizar el manejo de cargas con el fin de disminuir el riesgo de lesiones. (9)
Para finalizar, se debe saber que las lesiones van acompañadas de dolor, pero el dolor también puede aparecer o persistir tras la curación de la lesión. Los procesos que se llevan a cabo en la experiencia del dolor son complejos, por eso se debe contextualizar el dolor dentro de la situación de cada deportista y considerar los factores relevantes a la hora de modular el dolor y la experiencia de este, incluyendo las partes biológica, psicológica, social y la específica del deporte y del entrenamiento. El entendimiento del dolor como un mecanismo de protección guía a los clínicos hacia un manejo multidimensional para el dolor en los pacientes. (10) Tras entender esta perspectiva, se debe tener en cuenta que las lesiones no solo dependen del estado biológico de los tejidos, sino que también otros componentes forman parte de ellas. Consecuentemente, a pesar de manejar todos los aspectos citados anteriormente para tratar de reducirlas, se deberán tener en cuenta las diferencias individuales entre cada uno de los jugadores a nivel psicológico, biológico y social para poder adaptar el manejo de las cargas a cada uno de ellos para conseguir disminuir el índice general de lesiones.
Nuestro departamento médico en Soccer Inter-Actión aplica todas estas técnicas. Si deseas conocer quién forma parte lee este artículo.
- Woods C. The Football Association Medical Research Programme: an audit of injuries in professional football–analysis of hamstring injuries. Br J Sports Med. 1 de febrero de 2004;38(1):36-41.
- Heiderscheit BC, Sherry MA, Silder A, Chumanov ES, Thelen DG. Hamstring Strain Injuries: Recommendations for Diagnosis, Rehabilitation, and Injury Prevention. J Orthop Sports Phys Ther. febrero de 2010;40(2):67-81.
- Chumanov ES, Heiderscheit BC, Thelen DG. The effect of speed and influence of individual muscles on hamstring mechanics during the swing phase of sprinting. J Biomech. enero de 2007;40(16):3555-62.
- Arnason A, Andersen TE, Holme I, Engebretsen L, Bahr R. Prevention of hamstring strains in elite soccer: an intervention study: Prevention of hamstring strains in soccer. Scand J Med Sci Sports. 12 de marzo de 2007;18(1):40-8.
- Buckthorpe M, Wright S, Bruce-Low S, Nanni G, Sturdy T, Gross AS, et al. Recommendations for hamstring injury prevention in elite football: translating research into practice. Br J Sports Med. abril de 2019;53(7):449-56.
- Malone S, Roe M, Doran DA, Gabbett TJ, Collins K. High chronic training loads and exposure to bouts of maximal velocity running reduce injury risk in elite Gaelic football. J Sci Med Sport. marzo de 2017;20(3):250-4.
- Malone S, Owen A, Newton M, Mendes B, Collins KD, Gabbett TJ. The acute:chonic workload ratio in relation to injury risk in professional soccer. J Sci Med Sport. junio de 2017;20(6):561-5.
- Gabbett TJ. The training—injury prevention paradox: should athletes be training smarter and harder? Br J Sports Med. marzo de 2016;50(5):273-80.
- Jaspers A, Kuyvenhoven JP, Staes F, Frencken WGP, Helsen WF, Brink MS. Examen de la asociación de los indicadores de carga externa e interna con lesiones por uso excesivo en futbolistas profesionales. J Sci Med Sport. junio de 2018; 21 (6): 579-85.
- Hainline B, Turner JA, Caneiro JP, Stewart M, Lorimer Moseley G. Dolor en atletas de élite: consideraciones neurofisiológicas, biomecánicas y psicosociales: una revisión narrativa. Br J Sports Med. septiembre de 2017; 51 (17): 1259-64.