El reconocimiento médico del deportista debe representar el primer aspecto de la evaluación cardiovascular del deportista y nunca debe olvidarse ni infravalorarse. Siempre debe incluir una correcta entrevista e historia clínica.
El objetivo del reconocimiento cardiovascular deber permitir tanto valorar la aptitud y competencia para el ejercicio físico o la práctica deportiva como determinar la presencia de enfermedades que supongan un riesgo o puedan verse agravadas con la práctica deportiva. Por otro lado el reconocimiento siempre debe considerar la edad y el tipo de ejercicio, así como el nivel físico y competitivo del individuo, pues va a condicionar en gran medida la valoración.
En 1996 la asociación americana del corazón (AHA) estableció por primera vez la recomendación de un estudio cardiovascular preparticipación en competiciones deportivas, considerando que esta justificado desde un punto de vista ético, legal y médico.
En Europa la experiencia más prolongada es la italiana, que desde 1982 establece por ley la necesidad de reconocimiento y la certificación de no padecer enfermedad cardiovascular para acceder a cualquier competición deportiva oficial. Partiendo de la experiencia italiana , en 2004 el Comité Olímpico Internacional (COI) asumió dicha estrategia en sus competiciones.
En 2005 la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) realizó una recomendación de consenso acerca de la necesidad de realizar este reconocimiento de forma sistemática en deportistas jóvenes que participen en competiciones organizadas. Este reconocimiento debería de comenzar, como muy tarde, a la edad de los 12 años y repetirse de forma regular al menos cada 2 años. Sin embargo, sigue existiendo una gran heterogeneidad en cuanto a su realización, y son pocos los países que los han puesto en marcha de forma sistemática a todos los niveles de competición y no sólo en los deportistas de élite. Estas excepciones son Italia, Estados Unidos, Israel o Japón.
Existen dos modalidades de reconocimiento; el básico que incluye la entrevista clínica, la exploración física y el ecocardiograma, y que es el mínimo que todo individuo se debería hacer antes de participar en competiciones deportivas; y el completo que incluye pruebas complementarias como la prueba de esfuerzo y el ecocardiograma, y que permiten valorar de forma íntegra cual es la situación cardiovascular del deportista.
¿Qué puede aportar un reconocimiento cardiológico a mi salud?
En primer lugar, a través de la entrevista clínica (antecedentes personales y familiares, síntomas con el ejercicio) y las exploración física (inspección, auscultación) se puede descartar la presencia de ciertas enfermedades que supongan un riesgo para la práctica deportiva.
En segundo lugar se realiza un electrocardiograma en reposo. Esta sencilla prueba permite descartar la presencia de enfermedades potencialmente peligrosas (miocardiopatías, QT largo, bloqueos cardiacos).
En tercer lugar, durante la prueba de esfuerzo (o ergoespirometría) se monitoriza el ritmo cardiaco y la tensión arterial. La prueba permite descartar la presencia de arritmias con el esfuerzo o cardiopatía isquémica (riego insuficiente del músculo cardiaco durante el ejercicio).
Por último, el ecocardiograma es una técnica que, a través de ultrasonidos, permite visualizar el corazón en movimiento. Reproduciendo sus latidos, se observa la circulación de la sangre a través de las diferentes cámaras y vasos sanguíneos. Aporta información sobre la forma, tamaño, fuerza del corazón, grosor de las paredes y funcionamiento de sus válvulas.
Si todo está en orden a nivel cardiaco, esto resultará en una evaluación favorable y se podrá concluir que no existen contraindicaciones para la práctica deportiva. Si por otro lado, se detecta la presencia de alguna alteración cardiológica, se indicarán las recomendaciones a seguir respecto a la realización de ejercicio físico, así como la necesidad de seguimiento y exploraciones complementarias.
El hecho de que la prueba transcurra correctamente y no se detecte ninguna anomalía no garantiza al 100% la posibilidad de sufrir algún evento cardiaco durante la práctica deportiva. Sin embargo, si que se puede llegar a evitar la gran mayoría de los casos. Cabe recordar, que el reconocimiento se realiza en un entorno cardioprotegido (clínica) y no tiene en cuenta las condiciones ambientales de la práctica deportiva, como la temperatura o la humedad, la falta de descanso, o la obstinación del deportista en finalizar una competición aunque no se encuentre en condiciones.
PRUEBA DE ESFUERZO CON CONSUMO DE GASES O ERGOESPIROMETRÍA
¿En qué consiste la prueba de esfuerzo con consumo de gases?
La prueba de esfuerzo o ergoespirometría es una prueba máxima, es decir, dura hasta que el deportista alcanza el máximo esfuerzo posible. Esto no quiere decir que se haya de prolongar hasta la extenuación, sino que nos basaremos en unos criterios gasométricos que nos indican que se ha alcanzado el esfuerzo máximo y la prueba puede interrumpirse.
La ergoespirometría nos proporciona información de la respuesta de los sistemas cardiocirculatorio y respiratorio al esfuerzo.
Por un lado la monitorización ECG continua durante el esfuerzo nos permite comprobar el aumento de la frecuencia cardiaca durante las distintas fases del ejercicio, así como detectar respuestas anómalas como sería la aparición de arritmias o signos de isquemia (falta de riesgo) en el corazón. Además durante la fase de recuperación post esfuerzo se comprueba que la vuelta a la calma se realiza de una forma correcta. Eso, sin olvidar que las medidas repetidas de la tensión arterial durante el esfuerzo nos permiten descartar que se produzca una respuesta hipertensiva anómala durante el esfuerzo que pudiera poner en riesgo al deportista.
Por otro lado, el análisis del consumo de gases, nos proporciona información de la función del aparato respiratorio y del metabolismo energético a nivel muscular. Para entenderlo mejor debemos conocer que es lo que permite medir esta prueba.
¿Qué debo conocer de la prueba de esfuerzo y sus resultados?
Los tres principales parámetros que se extraen de la ergoespirometría son el consumo máximo de oxígeno o VO2max, y los umbrales metabólicos. El VT1 o umbral aeróbico y el VT2 o umbral anaeróbico.
El VO2max es un parámetro que viene determinado genéticamente y nos proporciona información de la potencia aeróbica del organismo, es decir, de la máxima capacidad que tiene el mismo de captar oxígeno del aire, transportarlo por la sangre a los músculos y utilizarlo para metabolizar hidratos de carbono y grasas. Sus valores se expresan en ml/kg/min, por lo que en personas con sobrepeso, aparecerá disminuido.
El VO2max no es mejorable una vez se alcanza el máximo para el cual un individuo está genéticamente predispuesto. Si se parte del sedentarismo el VO2max irá aumentando a medida que el deportista mejora el nivel de entrenamiento hasta alcanzar ese valor máximo teórico.
El VO2max es el parámetro más importante en fisiología de ejercicio, pues representa el funcionamiento integrado de todos los aparatos y sistemas (respiratorio, circulatorio, locomotor) que participan de la respuesta al ejercicio. Aquellos deportistas con deportes de resistencia y larga duración (ciclismo, fondistas, esquí de fondo…) son los que alcanzan los valores más elevados.
El VT1 o umbral aeróbico es el parámetro que nos indica el momento del ejercicio en que comienza el metabolismo de los hidratos de carbono para obtener energía. Por debajo de este umbral el metabolismo energético se basa en el consumo de grasas. Su desarrollo es especialmente importante para los deportes de resistencia. Se suele entrenar a principios de temporada, durante la fase de rodaje. Para ello se requiere entrenamiento continuo extensivo (carrera, llaneo…) a bajas pulsaciones. Lo óptimo es que se encuentre en torno al 65-75% de la frecuencia cardiaca máxima.
El VT2 o umbral anaeróbico supone la intensidad de esfuerzo más elevada que un deportista puede mantener de forma constante durante un período de tiempo relativamente largo. Es el nivel de ejercicio más alto que puede desarrollar de forma mantenida sin desfallecer. Por ello, es el dato que mejor define el estado de forma de un deportista. Para desarrollarlo, el deportista de competición puede utilizar tanto el entrenamiento continuo intensivo como los entrenamientos interválicos extensivos.
Por encima de este umbral el deportista ya no es capaz de “limpiar” adecuadamente de la sangre el ácido láctico (lactato) que sus músculos fabrican para producir energía (toda la energía de más que necesita y que el metabolismo con oxígeno ya no puede aportar). El lactato se acumula en la sangre, bajando el pH y provocando la fatiga muscular y la extenuación.
En el deporte recreativo o deporte saludable no es recomendable entrenar por encima de este umbral, puesto que se genera una situación hemodinámica y metabólica (acidosis, hipotensión) que puede poner en riesgo la salud si no se está correctamente adaptado.
¿Qué pueden aportar los resultados de la ergoespirometría a la práctica deportiva?
La información más importante que se puede proporcionar al deportista es la frecuencia cardiaca a la que alcanzan los distintos umbrales. Con estos datos el deportista o su entrenador, en caso de tenerlo, puede planificar adecuadamente el entrenamiento para adaptarlo a unos objetivos concretos.
Hay que recordar una particularidad más, y es que la información obtenida depende del tipo de prueba realizada. Un mismo deportista no obtendrá los mismos valores de VO2max o de umbrales si realiza la prueba en tapiz rodante o en bicicleta. Esto es debido a que los grupos musculares que trabajan en cada ejercicio no son los mismos. En líneas generales, y tomando como referencia la carrera en tapiz rodante, los valores de frecuencia cardiaca obtenidos para cada umbral deberían ajustarse:
- Remo: – 5 latidos
- Ciclismo: – 10 latidos
- Natación: – 15 latidos
Con el conocimiento de la frecuencia cardiaca para cada umbral se pueden establecer las 5 zonas de entrenamiento.
ECOCARDIOGRAMA
¿Para que nos sirve el ecocardiograma?
Los datos obtenidos con esta exploración nos aportan una información más completa del estado del sistema vascular y circulatorio, lo que permite detectar alteraciones cardíacas que habitualmente pasan inadvertidas en una revisión física o con un electrocardiograma, contribuyendo así a evitar la muerte súbita.
¿Quien se lo debería de hacer, el ecodoppler?
El ecocardiograma entra dentro de las exploraciones a realizar dentro de un reconocimiento cardiológico completo (no básico). Se recomienda la realización de un reconocimiento completo:
- Deportistas con sospecha de cardiopatía o historia familiar de muerte súbita.
- Deportistas menores de 35 años
- Deportistas de cualquier edad que realicen deporte de alta intensidad. Como los jugadores de la academia de fútbol del Centro de Alto rendimiento de Soccer Inter-Action.
- Deportistas que precisen orientación sobre el ritmo de competición o entrenamiento
Para el primer grupo, la realización de un ecocardiograma es prácticamente obligatoria para excluir la existencia de cardiopatías que pueden causar muerte súbita.
En el segundo y tercer grupo, si bien no es una prueba obligatoria, es recomendable realizarla al menos una vez en la vida. Los entrenamientos intensos pueden provocar cambios en el corazón y, en ocasiones, se desarrollan problemas cardíacos que solo pueden ser detectados con un ecocardiograma. Por ello es una prueba muy recomendable cuando se entrena y participa en competiciones, ya sea de manera profesional o popular. En mayores de 35 años permite detectar cambios estructurales ocasionados por la práctica deportiva continuada o enfermedades como la hipertensión arterial.
Si ya me he realizado una prueba de esfuerzo, ¿no es suficiente?
Si ya te has realizado una prueba de esfuerzo con consumo de gases, te felicitamos. Ahora ya sabes cómo responde tu cuerpo al ejercicio físico, a qué intensidad es tu esfuerzo máximo, a qué intensidad de esfuerzo empiezas a acumular lactato, y qué intensidad debes mantener para no desarrollar fatiga. Y sobre todo, que tu sistema cardiovascular está sano y apto para el ejercicio. Sin embargo, debes saber que tu reconocimiento cardiológico no está completo.
Algunas enfermedades cardíacas pueden no manifestarse en una prueba de esfuerzo mientras que ya presentan cambios en la estructura del corazón. Con el ecocardiograma tienes la certeza de que tu sistema cardiovascular ha sido estudiado al detalle y no existen problemas actuales o potenciales en el futuro.
Y si me hago todas las pruebas, ya no me puede pasar nada, ¿no?
Pero recuerda, el hecho de que los exámenes realizados sean normales, y no se detecte ninguna anomalía no garantiza al 100% la posibilidad de sufrir algún evento cardiaco durante la práctica deportiva. Sin embargo, si que se puede llegar a evitar la gran mayoría (>95%) de los casos., lo que proporciona una gran seguridad.
Cabe recordar, una vez más, que las pruebas se realizan en un entorno cardioprotegido y no pueden replicar las condiciones ambientales o la situación física y emocional concreta del deportista el día de la competición.
Y recuerda, lo realmente importante en el deporte no es alcanzar objetivos ni superarse cada vez más, sino disfrutar cada día mientras lo practicas. Disfrútalo con seguridad y mantente sano y feliz.
Dr. Josep Lluís Melero Ferrer
Cardiologo Deportivo de Clinica Jaime I de Catarroja
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