¿La nutrición puede influir en la recuperación de una lesión?
La incidencia de lesiones en el fútbol se encuentra entre las más altas de todos los deportes. Las investigaciones han demostrado que más de un tercio de todas las lesiones son musculoesqueléticas y afectan los cuatro principales grupos musculares de los miembros pélvicos: isquiotibiales, aductores, cuadríceps y músculos de la pantorrilla.
La aparición de una lesión es una situación que, si bien se trata de evitar, es inherente a la vida del deportista. No solo involucra costos físicos, sino también emocionales y económicos, tanto para el jugador como para la institución, como es el caso de los deportes de equipo.
Se sabe que la mitad de las lesiones deportivas pueden considerarse graves, con un promedio de inactividad mayor a 3 semanas sin entrenar ni competir. Toda lesión prolongada trae consigo períodos de reposo, generando pérdida de masa, fuerza y función muscular, por lo que toda intervención para disminuir el período de inmovilidad será importante.
La nutrición durante una lesión es un factor fundamental y que muchos deportistas olvidan, ya que para volver a la competición en el menor tiempo y con el mayor nivel posible no solamente se debe modular la inflamación, sino que se debe evitar al máximo la atrofia muscular y la acumulación de tejido adiposo durante el período de recuperación. Mientras menos atrofia y menor aumento de grasa corporal se consiga, más rápido se logrará recuperar el nivel previo a la lesión.
Bajar un excesivo porcentaje de grasa y fortalecer la musculatura puede demorar varias semanas e incluso meses, tiempo adicional que se agrega después del alta médica por una lesión prolongada.
En esta oportunidad, nos enfocaremos en la intervención nutricional de jugadores lesionados, ya que para nuestro departamento el principal desafío es apoyar la rehabilitación en sus diferentes etapas para así traer de regreso al campo nuestro atleta de forma segura y en el menor tiempo posible.
Fases de Recuperación de una lesión
El apoyo nutricional en cada una de las fases se puede describir de una forma general, sin embargo es necesario ajustarlo a las características particulares del jugador, cada jugador debe aprender a qué comer, del tipo de lesión y del tratamiento requerido. En cualquier caso el objetivo principal será garantizar un adecuado aporte de nutrientes para evitar deficiencias que pueda repercutir negativamente el proceso de regeneración celular.
Fase de inmovilización
Esta fase puede ir desde unos pocos días hasta varios meses. La inactividad puede ocasionar importantes pérdidas en la masa y fuerza muscular, lo que a su vez también altera la estructura y funcionamiento del tendón.
Pérdidas significativas de masa muscular han sido descritas con solamente 5 días de inmovilización. Se pierden cerca de 150 gramos de masa muscular por día, equivalente a 1 kg/ semana, siendo las fibras musculares tipo II las más susceptibles a la atrofia.
Esta importante pérdida de masa muscular se han asociado a una “resistencia anabólica muscular” generada por los mediadoras inflamatorios propios de la lesión. Esta resistencia anabólica da paso a recomendaciones específicas del consumo proteínas durante este período.
Consideraciones especiales en cuanto al consumo de proteínas
Para atenuar la pérdida de masa muscular durante la inmovilización se recomienda:
- Proporcionar un adecuado aporte de proteínas distribuidos durante el día (2,3g /kg PC)
- Procurar que las proteínas suministradas sean ricas en Leucina.
La leucina es un aminoácido esencial que se encuentra en grandes cantidades en las proteínas de alto valor biológico (por ejemplo, proteína de suero de leche). Los estudios han relacionado el efecto del aminoácido Leucina con mejora parcial de la síntesis muscular.
Dentro de los alimentos con alto contenido de leucina se encuentran:
Leche y derivados lácteos | Pescado |
Huevo | Soja |
Carnes | Cacahuete |
Consideraciones especiales en cuanto al aporte calórico
Para evitar un aumento excesivo en la grasa corporal será necesario ajustar los requerimientos energéticos del deportista. Es evidente que el deportista lesionado, debido a su inactividad, gastará menos calorías al día que uno que entrena normalmente.
Es importante mencionar que pueden existir algunas excepciones como es el caso de lesiones que requieren un incremento en las demandas de energía por estrés metabólico como las fracturas óseas o el caminar con muletas.
Por lo general, el control calórico reflejará una disminución en el consumo de carbohidratos y grasas, los cuales se irán ajustando progresivamente al recuperar la actividad. Así mismo, se deben evitar restricciones alimentarias extremas que puedan repercutir negativamente en la recuperación. Se ha descrito que en restricciones calóricas estrictas se puede reducir la síntesis proteica entre un 20 a 30%, lo que altera la regeneración de los tejidos y empeora la atrofia muscular.
Suplementación
En cuanto a la suplementación, aún se necesitan más estudios en deportistas lesionados, sin embargo existe evidencia de que el omega-3 en dosis de 4 g/día favorece el proceso de recuperación. También es posible aumentar el consumo de éste nutriente a través de fuentes naturales siempre que se tome en consideración su participación como grasa en el aporte calórico diario. Los alimentos con alto contenido de omega-3 son: aceite de oliva, pescados azules, nueces y semillas (lino y chía).
Fase de recuperación funcional
Esta fase involucra el regreso progresivo al campo de juego y con ello el aumento del gasto calórico. El mayor gasto energético requiere un incremento en el consumo diario de carbohidratos cercano a 3-5 g/kg de peso corporal.
Durante esta fase la intervención nutricional debe ser individualizada y dependerá de la evaluación de la composición corporal del jugador y de la repercusión de la fase de inmovilización en su estado nutricional.
Conclusión
La finalidad de esta revisión es resaltar la importancia de la alimentación e hidratación durante una lesión, ya que no sólo puede atenuar y mejorar los efectos negativos de la inactividad en la pérdida de fuerza muscular, sino además permite regresar al campo de una manera más óptima, evitando así prolongar el tiempo para recuperar un adecuado rendimiento deportivo.
En SIA el departamento de nutrición se encuentra a disposición de nuestros jugadores para servir de apoyo al trabajo realizado por los fisioterapeutas y preparadores físicos.