De todos los aspectos que condicionan la mentalidad y fortaleza psicológica de un deportista, quizás uno de los más influyentes y que más puede modificar el rendimiento deportivo es el que conocemos como ansiedad. Dicha variable psicológica está presente en todos los planos y situaciones que rodean a la práctica competitiva, bien nos refiramos a entrenamientos o bien a competiciones oficiales, es decir, el partido en sí.
¿Qué es la ansiedad del futbolista?
Si dedicamos un momento a definir el término, se podría considerar la ansiedad como una respuesta anticipatoria que se activa cuando el sujeto se encuentra en una situación que considera retadora, amenazante o novedosa, y ante la cual la persona en cuestión no se identifica con los recursos suficientes para dar respuesta de manera efectiva ante la demanda.
Los efectos que puede tener en el deportista son tales como dificultad de concentración, alteración o toma de decisiones errónea y lenta, atención defectuosa, desequilibrio de energía corporal, aumento de fallos no forzados, fatiga o sensación de ahogo, entre muchas otras. Como es fácil observar, las consecuencias de una mala gestión de la ansiedad no son para nada beneficiosas a la hora de alcanzar éxito deportivo.
Si nos centramos en la realidad de los futbolistas, ellos se mueven constantemente por situaciones en las que su rendimiento está sujeto a evaluación y en las que tienen que demostrar un buen desempeño. Si miramos a los entrenamientos, la evaluación es por parte del cuerpo técnico en comparación con sus compañeros para ganarse el sitio en el once inicial. Si bien nos fijamos en los partidos, la medida se la toma el rival, con el cual se comparte el mismo objetivo que es la victoria. Y como guinda, todas las situaciones están impregnadas por una constante competición interna que tiene todo deportista que se precie, la autosuperación, el deportista siempre tiene un rival al que quiere vencer, y es a sí mismo para seguir avanzando y mejorando.
¿Por qué ha de manejar la ansiedad?
Tras esta reflexión de las diferentes situaciones en las que su rendimiento está sujeto a análisis y a prueba, es fácil entender que la habilidad del manejo de la ansiedad es crucial para ellos, y que no juegue en su contra a la hora de rendir en el campo. Por ello, la psicología presta diferentes herramientas que ayudan al futbolista a encarar esta demanda de la manera más exitosa posible.
¿Qué produce la ansiedad?
Para entender algo mejor por qué aparece la ansiedad, primero puede ser de utilidad contestar a esta pregunta: ¿qué diferentes fuentes pueden producir ansiedad en el jugador? A continuación, se enumeran una serie de fuentes ansiógenas para los deportistas:
- Importancia del evento
- Inminencia del evento
- Incertidumbre
- Amenaza de fracaso
- Situaciones novedosas/desconocidas
- Experiencias frustrantes
- Otros factores (personales, familiares o profesionales)
- Expectativas
- Miedos / inseguridades
Qué hace la psicológia deportiva para ayudar a disminuir la ansiedad
Desde la psicología deportiva se estudia esta variable y sus influencias, y se trabaja con el futbolista para dotarle de una serie de herramientas que le ayuden a hacer frente con éxito a tal demanda que, en este caso, lejos de ser una demanda física, es una gran demanda mental.
Herramientas para manejo ansiedad
Por lo tanto, ¿qué herramientas psicológicas existen para dotar al futbolista de los recursos necesarios para manejar la ansiedad competitiva? Ahora veamos, sólo algunas de ellas, sobre todo las más conocidas:
- Repaso mental del plan de competición
- Visualización
- Auto-instrucciones
- Respiración controlada
- Técnica de relajación muscular de Jacobson
- Exposición e inundación
Repaso mental del plan de competición:
Esta técnica consiste en tener muy bien estudiados todos y cada uno de los comportamientos que debe realizar en cada uno de los momentos de la competición. Se elabora previamente una tabla con los diferentes momentos, y las posibles situaciones que se pueden dar, y cuál es la reacción y los pensamientos deseados en función de cómo se desarrolle el juego.
En los compases previos al partido, mantener la mente focalizada en el repaso de dicho plan, ayudará al jugador a sentirse más confiado y tranquilo, y a su vez le mantendrá alejado de pensamientos negativos o anticipaciones catastróficas.
Visualización:
Nos encontramos ahora ante una bastante conocida, y muy extendida en su aplicación. Dicha herramienta consiste en visualizar una práctica deportiva imaginada, tratando de vivenciar las situaciones de competición con el mayor número de detalles posible. De esta manera, la concentración en los momentos previos del partido se enfocará hacia los detalles de la práctica, y se logrará manejar la activación corporal de una manera efectiva.
Entrenamiento en Auto-Instrucciones:
Las auto instrucciones son aquellas órdenes que el deportista se enuncia a sí mismo durante la práctica de la destreza deportiva, es decir, in situ. Para que esta técnica surja efecto, el estilo de conversación interna que debe tener el deportista es un estilo positivo y proactivo, que no sea fácil de influenciarse por el entorno o el resultado, puesto que el vocabulario y las instrucciones que se de a sí mismo el futbolista es lo que le ayudará a reenfocar la atención y la energía.
Respiración controlada:
Una de las más comunes es la “respiración diafragmática”, la cual consiste en realizar una serie de repeticiones de una respiración en la que, profundamente se inspire por la nariz enviando
el aire al vientre y, tras mantener unos segundos el aire, se expire todo el aire por la boca. Durante este proceso de repetición de varios ciclos, cuyo momento ideal a realizar es previo al partido, el futbolista debe focalizar la atención en el paso del aire por su cuerpo, y las sensaciones que este proceso genera en él mismo. Así, las pulsaciones bajarán y la sensación de control y equilibrio de activación será mayor.
Técnica de relajación de Jacobson:
Esta técnica está basada en principios fisiológicos de contracción y relajación de grupos musculares. Consiste en realizar progresivamente (de arriba abajo) contracciones y relajaciones de grupos musculares de todo el cuerpo, comenzando por la cabeza y bajando hasta los pies. Durante la práctica de la técnica, el deportista debe prestar máxima atención a las sensaciones que le suscita la relajación del músculo tras estar unos segundos en tensión máxima. De esta manera, al soltar toda la tensión, la activación muscular estará en niveles óptimos, habiendo reducido el posible exceso que podía haber.
Exposición e Inundación:
Si bien las anteriores técnicas son herramientas que, aunque deban ser practicadas antes de las situaciones de competición junto con el psicólogo, se deben llevar a cabo el día de la competición de manera autónoma por el deportista, la técnica de exposición es una que sólo tiene aplicación fuera de los terrenos de juego.
Dicha técnica consiste en “exponer” al deportista al estímulo ansiógeno (que le genera ansiedad) de manera tal que tome contacto con esas sensaciones y, a base de enfrentarse a ella, sea capaz de reducir sus niveles de ansiedad. Así, cuando se presenten dichas situaciones en la práctica deportiva, no sentirá tanta afección ansiosa como podría sentirla si no la hubiese enfrentado con anterioridad. Si bien es cierto que esta técnica es más utilizada en ámbitos clínicos de la psicología, puede llegar a ser muy útil en escenarios deportivos.
¿Qué técnica he de utilizar?
En definitiva, la competición deportiva es un escenario que pone al jugador en una situación de lucha contra varios elementos, tanto internos como externos. Para salir con éxito y los objetivos cumplidos, el futbolista debe manejar a la perfección gran cantidad de variables y estímulos, pero si no es capaz de manejar efectivamente los efectos que la ansiedad competitiva le trae, será de gran dificultad tener bajo control el resto de los elementos.
Estas técnicas explicadas son sólo algunos ejemplos de las muchas que existen que, tras años de estudio y aplicación, tienen evidencias de efectividad y utilidad para los objetivos que se plantean. Bien es cierto que no todas sirven para todos los futbolistas, a cada uno le será más eficaz una y otra. Pero con la práctica, el empeño y un buen asesoramiento, puede tener efectos muy beneficiosos a largo plazo para que el rendimiento se optimice al máximo.
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