En el fútbol, la activación previa a un entrenamiento o partido es un conjunto de ejercicios físicos y mentales que tienen como objetivo preparar al jugador para el esfuerzo que va a realizar. No se trata únicamente de calentar los músculos, sino de despertar el cuerpo, activar el sistema nervioso, enfocar la mente y prevenir lesiones. Una rutina de activación bien diseñada permite que el futbolista empiece la sesión en condiciones óptimas, tanto física como mentalmente. En SIA Academy, la activación es un pilar fundamental del día a día, cuidadosamente planificado por su equipo técnico.
Una buena rutina de activación no solo despierta el cuerpo, sino que también conecta la mente con el juego.
“Activarse bien significa llegar al 100% desde el primer minuto. No puedes esperar a sentirte bien en el minuto 10. El partido empieza desde el calentamiento”, explica Ximo, preparador físico de SIA Academy.
Índice
¿Qué debe incluir una buena rutina de activación?
En términos generales, una rutina efectiva de activación debe seguir una progresión lógica que prepare al futbolista de forma global. En SIA Academy, este proceso suele dividirse en cinco fases bien diferenciadas:
- Movilidad articular: Se empieza con movimientos dinámicos que activan las articulaciones principales (tobillos, rodillas, caderas, columna). Esto ayuda a lubricar las articulaciones y a despertar el sistema musculoesquelético.
- Activación neuromuscular: Se utilizan ejercicios específicos para activar grupos musculares clave como el core, los glúteos y los isquios. Esta fase es esencial para prevenir lesiones musculares.
- Aumento progresivo de la frecuencia cardiaca: A través de desplazamientos, cambios de ritmo y ejercicios de coordinación, se eleva la intensidad de forma controlada.
- Ejercicios técnico-tácticos de activación cognitiva: En SIA Academy se incluyen tareas con balón desde fases tempranas. “Queremos que el jugador active cuerpo y mente a la vez. El balón no puede estar ausente de la activación”, señala Ximo.
- Sprint y aceleraciones finales: Para simular el inicio real de un partido, se finaliza la activación con acciones explosivas breves, como esprints, saltos o cambios de dirección.
Este tipo de activación no solo prepara el cuerpo, también entrena la concentración, la comunicación y la toma de decisiones.

Adaptada al jugador, al momento y al contexto
No existe una rutina de activación universal. Cada sesión debe adaptarse al tipo de entrenamiento o partido, a las condiciones climáticas, al estado del terreno de juego y, por supuesto, al estado físico de cada jugador. En SIA Academy se realiza una valoración constante para ajustar los tiempos, la intensidad y los contenidos de la activación.
“No es lo mismo un día de carga alta que una sesión regenerativa. La activación debe responder al objetivo de la jornada”, comenta Ximo. Además, los jugadores aprenden a interpretar las señales de su cuerpo y a modificar su rutina personal según sus necesidades.
Tecnología y seguimiento personalizado
Uno de los puntos fuertes de la metodología de SIA Academy es el uso de herramientas tecnológicas para cuantificar y optimizar las activaciones. Con dispositivos de control de carga interna y externa, se analiza la respuesta del jugador desde los primeros minutos de la sesión.
Esto permite detectar posibles desequilibrios musculares, prevenir sobrecargas y optimizar el rendimiento desde el calentamiento.
Por ejemplo, si se detecta que un jugador necesita más trabajo de glúteo medio o estabilización del core, se le añaden ejercicios específicos durante la fase de activación. El objetivo es que ningún jugador entre “frío” al trabajo principal.

No solo física, también mental
Otro aspecto diferenciador en SIA Academy es el enfoque mental de la activación. La música, las dinámicas de grupo y las consignas motivacionales forman parte del calentamiento. Se busca generar un clima de enfoque y energía positiva.
“Entrar al campo con buena actitud y mentalidad positiva es parte de la activación. Si el cuerpo está listo pero la cabeza no, el jugador no rinde”, afirma Ximo.
La activación se convierte así en un momento de transición entre la vida personal y la vida competitiva. Es donde el futbolista se conecta con el juego, con el equipo y consigo mismo.
Prevención, rendimiento y cultura
A largo plazo, implementar una rutina de activación estructurada genera beneficios claros: menor incidencia de lesiones, mayor rendimiento en los primeros minutos de juego y una mejor capacidad de adaptación al esfuerzo. Pero también, y quizás más importante, crea una cultura de profesionalismo y conciencia corporal en el jugador.
En SIA Academy no se deja nada al azar. Cada sesión, cada rutina, cada activación es una oportunidad de construir hábitos de alto rendimiento. Formar a jugadores de élite implica enseñarles a prepararse como tales, desde el primer minuto del día.