El pasado sábado 31 de mayo de 2025, el Allianz Arena fue testigo de una final inolvidable de la UEFA Champions League. El PSG logró, por fin, alzarse con su primera Copa de Europa tras una aplastante victoria por 5-0 sobre el Inter de Milán. Lo que prometía ser un duelo parejo se convirtió en una auténtica exhibición de poderío futbolístico por parte del conjunto parisino.
Desde el pitido inicial, el PSG salió decidido a marcar el rumbo del encuentro. Con una presión alta, velocidad por las bandas y un centro del campo dominante, el equipo dirigido por Luis Enrique no tardó en abrir el marcador. Achraf Hakimi, con una internada desde la derecha, adelantó a los suyos a los 12 minutos. A partir de ahí, el dominio francés fue absoluto.
El joven mediocampista Désiré Doué, una de las revelaciones de la temporada, firmó dos goles con una madurez impropia de su edad. Kvaratskhelia, el extremo georgiano, se sumó a la fiesta con una definición brillante, mientras que el adolescente Senny Mayulu cerró la cuenta con el quinto tanto, sellando una goleada que quedará para la historia como la más abultada en una final de Champions.
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Luis Enrique y un proyecto basado en el colectivo
Luis Enrique se unió a la selecta lista de entrenadores que han ganado la Champions League con dos clubes diferentes. Sin estrellas rutilantes como en el pasado reciente, el técnico asturiano ha construido un grupo equilibrado, donde la solidaridad táctica y la movilidad ofensiva son las señas de identidad.
Tras varios intentos fallidos y proyectos multimillonarios que no alcanzaban el éxito esperado, el PSG encontró en el trabajo colectivo y en la formación de nuevos talentos su camino hacia la gloria. Jugadores como João Neves, Willian Pacho o el propio Doué no solo aportaron calidad, sino también hambre de triunfos y compromiso con la idea de juego del PSG.
Luis Enrique, cuya carrera como entrenador ha estado marcada por la intensidad y la resiliencia, ha sabido transformar al PSG en un equipo que no depende de individualidades. La pérdida de su hija Xana en 2019 le dio una perspectiva distinta del fútbol y la vida, algo que ha sabido transmitir a sus jugadores, quienes se entregan en cada partido no solo por el resultado, sino también por el proceso.

Dembélé, en su mejor momento
Uno de los grandes protagonistas de esta campaña fue Ousmane Dembélé. El extremo francés, muchas veces criticado por su irregularidad, ha encontrado bajo la tutela de Luis Enrique su mejor versión. Rápido, desequilibrante y generoso en defensa, Dembélé fue nombrado el mejor jugador tanto de la Champions League como de la Ligue 1.
Durante la celebración del título, su compañero Marquinhos lo propuso públicamente como candidato al Balón de Oro, reconociendo el papel fundamental que tuvo a lo largo de la temporada en el PSG. Sin lesiones importantes y con una regularidad envidiable, Dembélé ha pasado de promesa inconstante a estrella consolidada.
Celebraciones de los fans del PSG con luces y sombras
En París, la conquista del título desató una oleada de júbilo entre los aficionados. Miles de personas salieron a las calles para celebrar una victoria largamente esperada. Sin embargo, la noche de alegría se vio empañada por actos violentos que derivaron en enfrentamientos con la policía, resultando en centenares de detenidos, heridos y, lamentablemente, la muerte de dos personas.
El presidente Emmanuel Macron recibió al equipo en el Palacio del Elíseo, pero aprovechó la ocasión para condenar enérgicamente los disturbios y pedir responsabilidad a los ciudadanos. La hazaña deportiva merecía una celebración pacífica, a la altura del logro.

Inter de Milán: sin respuestas
Del otro lado, el Inter de Milán no pudo hacer frente al vendaval parisino. Simone Inzaghi, su entrenador, reconoció tras el partido que el PSG fue claramente superior en todos los aspectos. La defensa, habitualmente firme, fue superada constantemente, y el mediocampo no logró sostener la posesión ni generar peligro.
La derrota dejó muchas preguntas abiertas para el conjunto italiano, y no tardaron en surgir rumores sobre una posible salida de Inzaghi. Aunque no hubo confirmación oficial, el futuro del técnico parece incierto tras una noche en la que todo salió mal para su equipo.
Un espejo para academias como SIA Academy
Más allá del espectáculo de alto nivel que ofreció esta final, lo sucedido en Múnich ofrece lecciones importantes para el fútbol formativo. La irrupción de jóvenes como Senny Mayulu y Désiré Doué subraya la relevancia de contar con estructuras de formación sólidas que permitan a los futbolistas desarrollarse tanto en lo técnico como en lo humano.
En este sentido, proyectos como SIA Academy encajan perfectamente con esta filosofía. Su enfoque en la formación integral de jugadores, preparando a los jóvenes para el fútbol profesional y para la vida, encuentra paralelismos con lo que Luis Enrique ha construido en el PSG. La apuesta por el talento joven, el trabajo en equipo y la resiliencia son valores comunes.
La Champions League 2025 no solo coronó a un nuevo campeón; también reafirmó que el fútbol moderno premia a quienes creen en el proceso, cuidan a sus jóvenes y construyen una identidad sólida desde las bases. Una lección que inspira a academias como SIA Academy a seguir formando a las futuras estrellas del fútbol mundial.