En SIA Academy creemos que cada proceso de aprendizaje debe construirse sobre una estructura sólida que permita a nuestros jugadores crecer de forma equilibrada. Por eso, cuando hablamos del día perfecto de alto rendimiento, no hablamos de un ideal inalcanzable, sino de una planificación real, medida y adaptada a las necesidades de nuestros futbolistas. Este concepto de día es fundamental en nuestra metodología, porque todo lo que ocurre en él influye directa o indirectamente en el rendimiento deportivo y personal.
Índice
La mañana como espacio para preparar el rendimiento
En nuestro modelo, la mañana no está destinada al entrenamiento físico. Esta decisión responde a una estrategia muy clara: priorizar la preparación cognitiva y emocional, y asegurar que los jugadores llegan a la sesión de las 17:00h con el cuerpo y la mente alineados. Aunque no entrenamos por la mañana, eso no significa que el día empiece tarde; al contrario, comienza con una dinámica que marca el tono de todo lo que vendrá después.
A primera hora, buscamos que nuestros jugadores inicien el día con claridad mental. Por ello estructuramos actividades como revisión de objetivos, sesiones breves de análisis de vídeo y espacios de estudio. En palabras de José Luis, uno de los entrenadores de nuestra academia: “El jugador que entiende su propio proceso es el jugador que progresa más rápido”. En este sentido, dedicamos este tramo del día a ayudarles a comprender qué buscan y cómo van a lograrlo.
Además, el descanso matinal bien administrado es parte clave de la estructura. Sabemos que un futbolista que gestiona su energía desde el inicio del día se acerca mucho más al rendimiento óptimo que aquel que se desgasta innecesariamente.

La importancia de una alimentación alineada con la carga
A las 13:30h llega uno de los momentos que más cuidamos en nuestra planificación: la comida. Aquí no improvisamos. Nuestra alimentación está diseñada para que cada jugador pueda sostener el nivel de exigencia del día en su conjunto. Esto implica elegir menús ricos en hidratos complejos, proteínas de calidad y grasas saludables, todo ello ajustado al entrenamiento vespertino.
La comida no es simplemente un hábito; es una herramienta. Una pieza más dentro del engranaje del día perfecto. Por eso hablamos con frecuencia de nutrición estratégica, porque para nosotros cada decisión cuenta.
Tarde de trabajo: el corazón del rendimiento
Es a partir de las 17:00h cuando llega el momento central del día. La sesión de entrenamiento vespertina es donde volcamos toda la preparación previa. En estos entrenamientos diseñamos tareas que combinan intensidad, aprendizaje táctico y desarrollo técnico, manteniendo una progresión controlada para evitar sobrecargas.
José Luis lo resume muy claramente: “La calidad del entrenamiento no depende solo de la intensidad, sino de la capacidad de interpretar lo que está pasando”. Esta filosofía guía nuestra forma de trabajar: no buscamos solo que los jugadores corran más, sino que tomen mejores decisiones.
La estructura de la tarde suele dividirse en varias fases: calentamiento activo, tareas analíticas o tácticas, bloques competenciales y una vuelta a la calma orientada a la recuperación. Cada fase está vinculada al objetivo general del día, reforzando aquello que hemos decidido priorizar para cada grupo o jugador.
Cerrar el día con conciencia y recuperación
Una vez finalizado el entrenamiento, la jornada no acaba. Un día perfecto de alto rendimiento debe cerrarse de forma adecuada. Por ello dedicamos un espacio a la recuperación, tanto física como mental. Esto puede incluir estiramientos guiados, contrastes, trabajo de respiración o breves charlas técnicas. Cada jugador aprende que la forma de terminar el día condiciona cómo empezará el siguiente.
También fomentamos la reflexión sobre lo aprendido. Revisamos sensaciones, identificamos aciertos y analizamos aspectos a mejorar. Para nosotros, el día es un ciclo completo que debe terminar con una idea clara: qué hemos logrado hoy y cómo eso nos acerca a nuestra meta.

Una rutina que se repite, pero no es igual
Aunque nuestra estructura diaria se repite, ningún día es exactamente igual. Ajustamos cargas, modificamos tareas, introducimos desafíos o reducimos estímulos según la evolución del jugador. Esto nos permite mantener un equilibrio entre estabilidad y adaptación, algo fundamental en un entorno de alto rendimiento.
En SIA Academy sabemos que un día bien diseñado no es aquel que está lleno de actividades, sino aquel que está lleno de sentido. Un día en el que cada acción tiene un propósito, cada pausa tiene un motivo y cada jugador entiende por qué hace lo que hace.
Nuestro objetivo es que cada día acerque a nuestros futbolistas a su mejor versión, dentro y fuera del campo. Y cuando conseguimos que esa estructura funcione, no solo mejoran su rendimiento deportivo: construyen hábitos, desarrollan una mentalidad sólida y se preparan para los retos que les esperan más allá del fútbol.






