En el fútbol actual, la diferencia entre un jugador normal y uno destacado no siempre está en la velocidad o en la potencia física. La verdadera diferencia está en la capacidad de leer el juego con rapidez y tomar decisiones inteligentes. Aquí entra en juego la visión periférica, una habilidad que permite percibir lo que ocurre alrededor sin necesidad de mirar directamente hacia ello.
En academias como SIA Academy, esta cualidad se trabaja con rutinas específicas, porque un futbolista que amplía su campo visual no solo juega más rápido, sino que juega mejor. Alain, entrenador de la academia, lo resume así: “El jugador que aprende a mirar más allá del balón consigue entender el partido antes que los demás. Eso es lo que buscamos en nuestros entrenamientos.”
A continuación, te presentamos un Top 5 rutinas sencillas y efectivas para mejorar la visión periférica dentro del campo.
Índice
1. Escaneo constante antes de recibir
El hábito más simple y al mismo tiempo el más poderoso. Consiste en levantar la cabeza y mirar a los lados antes de recibir el balón. En SIA Academy se trabaja de manera repetitiva: cada jugador debe girar la cabeza dos o tres veces para escanear el campo antes de cada control.
Este ejercicio se introduce en tareas básicas como los pases en pareja, progresando después hacia rondos y juegos de posesión. La clave es que el jugador aprenda a anticipar qué va a hacer antes de que el balón llegue a sus pies.

2. Rondos con información extra
Los rondos son uno de los ejercicios estrella para mejorar la visión periférica. En la academia, mientras los jugadores mantienen la posesión, el entrenador muestra un número, un color o una señal a alguno de los participantes.
El jugador debe decir en voz alta lo que ha visto mientras sigue circulando el balón. Con este método, se entrena la capacidad de procesar información externa sin perder la concentración en la jugada. Es un ejercicio sencillo, dinámico y muy efectivo.
3. Pases con giros de orientación
Otra rutina habitual en SIA Academy es el trabajo de orientación corporal unido a la visión periférica. Se forman pequeños cuadrados con cuatro jugadores en las esquinas y uno en el centro.
El jugador central recibe el balón y, antes de devolverlo, debe girar el cuerpo mirando hacia un compañero distinto al que le pasó el balón, ampliando así su campo visual. Este ejercicio desarrolla el hábito de mirar siempre alrededor antes de decidir la acción, lo cual es vital en posiciones como mediocentro.
4. Juegos de posesión con comodines exteriores
En este tipo de tareas se organiza un partido reducido con comodines situados en los laterales del campo. El objetivo es que los jugadores busquen constantemente a esos apoyos externos, lo que les obliga a levantar la cabeza y mirar más allá del rival directo.
Este tipo de rutina trabaja la amplitud de visión, ya que el jugador debe prestar atención tanto al juego cercano como a las opciones que se abren en los extremos. Además, mejora la toma de decisiones en espacios reducidos.
5. Ejercicios de reacción con estímulos simples
No hace falta tecnología avanzada para estimular la visión periférica. En SIA Academy, a veces se utilizan consignas muy sencillas, como que el entrenador diga un color o un número mientras los jugadores realizan un pase o una conducción.
El futbolista debe responder al estímulo de forma inmediata sin dejar de ejecutar la acción técnica. Esto entrena la capacidad de atender a varios estímulos al mismo tiempo, tal y como ocurre en un partido real.
Beneficios de estas rutinas de visión periférica
Entrenar la visión periférica con estas rutinas sencillas genera mejoras muy claras en el rendimiento de un futbolista:
- Anticipación de jugadas: el jugador se adelanta al movimiento de rivales y compañeros.
- Reducción de errores: al tener más información, elige opciones más seguras.
- Velocidad mental: procesa varios estímulos en menos tiempo.
- Mayor confianza en el juego: al saber qué ocurre alrededor, juega con menos presión.
- Mejora táctica global: cada posición se beneficia de manera específica, desde defensas hasta delanteros.
Alain lo confirma con claridad: “Si un futbolista solo mira el balón, limita su juego. Cuando aprende a escanear y a usar la visión periférica, cada acción se multiplica en eficacia.”

La metodología de SIA Academy
En la academia se entiende que la visión periférica no es un complemento, sino una parte fundamental de la formación integral del futbolista. Los entrenadores diseñan tareas en las que la técnica, la táctica y la percepción visual trabajan de forma conjunta.
Cada posición recibe un enfoque adaptado:
- Defensas entrenan para vigilar desmarques a la espalda mientras siguen el balón.
- Centrocampistas aprenden a girar con la cabeza levantada, detectando apoyos y presiones.
- Delanteros trabajan para percibir movimientos de compañeros sin perder la referencia de la portería.
- Porteros mejoran su capacidad para controlar rivales y compañeros en acciones de área.
La visión periférica es mucho más que un detalle en el entrenamiento. Es la base de un fútbol inteligente y eficaz. No requiere de herramientas sofisticadas, sino de constancia en rutinas sencillas que entrenan la atención, el escaneo y la capacidad de procesar información en movimiento.
En SIA Academy, este trabajo es una seña de identidad. Como explica Alain: “La técnica se puede enseñar, la táctica se puede explicar, pero la visión periférica hay que entrenarla cada día. Solo así conseguimos que el jugador vea antes, piense más rápido y actúe con eficacia.”
Aplicar estas cinco rutinas con disciplina convierte al futbolista en un jugador más completo, capaz de anticipar, decidir y ejecutar al más alto nivel.