Ser portero es algo único. Es una demarcación especial. Es el encargado de detener los intentos de los rivales. La última pieza antes de que el otro equipo anote. Muchos de los aprendizajes que absorben los futbolistas de campo no sirven para el meta por su distinta naturaleza.
Por ello los porteros tienen sus propias reglas de oro. Qué realizar y qué no realizar, cuándo y cómo hacerlo. De qué forma trabajar los aspectos más importantes para los guardametas. Y cómo mejorar siendo un portero. Estas son las reglas fundamentales para los encargados de salvar los goles rivales.
Factores psicológicos del portero
El portero tiene una demarcación muy singular. Mientras el equipo juega y combina, el guardameta muchas veces debe estar atento a la jugada. Pero sin formar parte de ella. Aunque esto ha cambiado en los últimos tiempos no deja de ser cierto. Por ello el portero debe estar mentalmente preparado para cuando llegue la acción.
Conocimientos sólidos
Se necesitan amplios conocimientos del juego y del fútbol para ser buen portero. Y más en los tiempos actuales donde el portero debe ser un centrocampista más. Por ello tener una buena base de conocimientos y de aprendizaje del juego aporta la seguridad necesaria al meta para seguir la jugada correctamente.
También aporta confianza en el propio guardameta. Cuándo la acción requiere de la máxima atención del portero y cuándo no. Saber cómo juega tu rival también es vital. Si cuelgan balones en largo desde su campo, si centra desde línea de fondo, si combina por el centro, por los costados…
Trabajar la cabeza
Ser portero muchas veces significa estar solo. No intervenir. Ver la jugada de lejos. Aunque eso es una buena señal porque tu equipo domina y el rival no crea peligro. Al ser el jugador con mejor visión de la jugada y el más centrado debe ser el más comunicativo. El que avise al compañero cómo posicionarse o qué realizar.
Trabajar la confianza, la seguridad y la concentración favorecerá el futuro éxito del portero. También es fundamental tener habilidades comunicativas y liderazgo para guiar a los compañeros. Son aspectos clave para cualquier guardameta a día de hoy.
El talento de un portero
Un portero de élite tiene talento de nacimiento. Pero ello no significa que detrás no haya muchísimas horas de trabajo y esfuerzo. Los guardametas deben trabajar de la misma forma que los futbolistas de campo. Simplemente son ejercicios muy distintos y habilidades alejadas del resto de sus compañeros.
Trabajo específico
Para un portero también es importante realizar trabajo específico de repetición y aprendizaje. De esta forma se desarrollan al máximo las capacidades y el talento de un portero. Trabajar los reflejos, la agilidad, las salidas en el juego aéreo y mucho más. Repetir y repetir hasta perfeccionar la técnica es una regla de oro.
Así como lo hacen los futbolistas de campo también lo deben hacer los porteros. La agilidad, el salto vertical o los reflejos se trabajan en cada sesión. Y también fuera de él. La capacidad de concentración es fundamental en un portero y solo con trabajo específico se puede mejorar.
Ubicación y coordinación
El trabajo de coordinación y ubicación son más que fundamentales en la posición de portero. Es completamente necesaria una buena coordinación para realizar los movimientos y los gestos adecuados en el menor tiempo posible. Para ello también hay que trabajar la potencia física y los reflejos.
También es sumamente importante la ubicación en el juego. Saber cuándo abandonar la portería o situarse lejos para poder avanzarte a balones en largo del rival. Saber cuándo situarte bajo palos o salir unos metros para restarle metros al rival. El posicionamiento en el campo es fundamental.
Entrenamiento para porteros
Todos los requisitos y las reglas de oro de los porteros sirven para mejorar en los partidos. Pero no hay mejora sin trabajo en los entrenamientos. Es junto a los compañeros donde más se aprende. También en base a las directrices de los entrenadores, que son los que más saben cómo desarrollar el talento de los porteros.
Sesiones de equipo
Realizar entrenamientos de porteros con dos o más al mismo tiempo es muy recomendable. Estas sesiones sirven para desarrollar el rendimiento, la competencia y el compañerismo. Fijarse en lo que hace el compañero y en cómo lo hace es clave para seguir desarrollándose.
Los porteros pueden realizar trabajo específico en las sesiones de entrenamiento. Aunque si no se está realizando este tipo de trabajo, los guardametas mejoran junto a sus compañeros. De esta forma se conocen los puntos fuertes y los puntos débiles de los compañeros de equipo.
Equipamiento profesional
Cuanto mejor sea el equipamiento de un portero mejores condiciones podrá tener. No se puede competir al más alto nivel con guantes rotos, desgastados o inútiles. Además, tener guantes de gran calidad genera confianza en el portero. Es como un niño con zapatos nuevos.
A ello también hay que añadirle botas que se adhieran bien al césped. Un resbalón inoportuno puede provocar una derrota. Para poder alcanzar balones altos y esquinados es necesario un buen salto. Las botas son clave para agarrar bien al césped y poder detener todos los balones.