Es normal preguntarse qué hace un futbolista. En la etapa de iniciación una persona comienza a jugar a este deporte por pura diversión. Si tiene talento, puede pasar a vivir de ello. Este oficio no se parece a los más comunes, ya que es habitual ganar más dinero, aunque la presión y la exigencia es mucho más alta.
Es por ello que los jugadores no tienen una vida similar a la nuestra. Sus rutinas, sus vacaciones, sus horarios… todo es distinto. No pueden vivir como una persona más, pues su reconocimiento no les permite andar tranquilamente por la calle. Con todo esto, la pregunta es: ¿qué hace un futbolista?
Las cualidades de un jugador de fútbol
Un jugador de fútbol ha de dominar constantemente todos los aspectos del juego. Su día a día se basa en entrenar constantemente para reunir las máximas cualidades posibles: regate, pase, disparo, saber defender… Una gran parte de su día a día consiste en practicar estas aptitudes, ya sea en el campo de entrenamiento o a analizando acciones en la sala de videoanálisis.
Su preparación física
Un futbolista está obligado a estar en buena forma física. El deporte de élite es exigente y se cuida hasta el más mínimo detalle. La velocidad y la resistencia son dos aspectos que los jugadores practican en sus sesiones de entrenamiento. Esto se complementa con sesiones en el gimnasio, ya sea en las propias instalaciones del club o en casa.
Además, deben estar preparados para la coordinación y el equilibrio. En medio de un partido chocan, paran, se giran, aceleran, frenan… Tener una buena forma física es fundamental para realizar estas acciones sin lesionarse. Cuidan mucho su cuerpo porque un jugador propenso a las lesiones pierde mucho valor.
Hábitos positivos fuera del campo
Como habéis comprobado, el trabajo de un futbolista no se limita a lo que hace en el terreno de juego. Para ser jugador de fútbol hay que realizar determinados sacrificios. En primer lugar, el descanso es fundamental: se recomienda dormir entre 8 y 10 horas diariamente, ya que los entrenamientos son exigentes.
La hidratación y la alimentación son básicas para después responder en los partidos. Es necesario hidratarse con agua y bebidas isotónicas y reducir al máximo las bebidas con alcohol. Un futbolista tiene que cuidar su tiempo de ocio y ser consciente de lo que puede y no puede hacer. La alimentación ha de ser variada, equilibrada y responder a las necesidades de cada uno. Se ha de evitar el alto contenido de azúcar.
El aspecto psicológico
Los futbolistas están sometidos a mucha presión. Los aficionados sienten a su equipo como una de las cosas más importantes de su vida, y por eso un gol o un fallo te puede convertir en héroe o villano. Cuando las personas viven estos cambios tan drásticos necesitan encontrar la estabilidad en otros lugares. Por este motivo, muchos trabajan con psicólogos deportivos.
Trabajar con un psicólogo deportivo
Desde que la psicología dejó de ser un tema tabú está extendida en todos los ámbitos, y el fútbol no iba a ser menos. Los comentarios en redes sociales, una adaptación complicada, situaciones ajenas al equipo… todo esto provoca que rindamos por debajo de nuestro nivel.
Así, dentro de la rutina de muchos futbolistas se encuentra la terapia con su psicólogo deportivo. Acuden de forma constante porque necesitan gestionar tanto las emociones positivas como las negativas. Un jugador que irrumpe con fuerza y se convierte en el ídolo de su afición en pocos partidos ha de saber que se trata de una situación especial. Este es el trabajo de los psicólogos.
El carácter de los jugadores
Los jugadores de fútbol son un modelo para muchas personas. Ellos son conscientes, y por eso se ven obligados a transmitir valores positivos. Un futbolista ha de desprender ambición, perseverancia y disciplina. Eso sí, demostrar también que no todo vale, ha de ser desde el respeto.
El trabajo del día a día de los futbolistas se ve recompensado en los resultados. Todo lo mencionado anteriormente se hace con la finalidad de ganar, pero no vale ganar de cualquier forma. Los jugadores trabajan como equipo, son solidarios y tienen fe ciega en sus compañeros. Esto también forma parte de su rutina.