Hoy en día, los clubes de fútbol profesional acumulan muchos empleados en su organización con diferentes conocimientos y funciones. Un gran miembro que debes tener en tu equipo es el analista de la oposición o rival, que tiene la responsabilidad de recopilar y organizar información sobre los próximos rivales. Analizar al rival tiene muchas ventajas y puede ser la diferencia entre perder y ganar.
Tener conocimientos sobre el rival nos ayudará a comprender sus puntos fuertes y débiles. Sabiendo esto, podemos planificar y estar preparados para el partido. Hay muchos factores que un analista de la oposición debe tener en cuenta: El estilo de juego que utilizan en las diferentes fases del partido, sus puntos débiles, sus puntos fuertes, cómo juegan con y sin balón, cómo realizan las transiciones, las características individuales de los jugadores y las jugadas a balón parado.
Entender al rival para poder analizarlo
Tenemos que entender que cada equipo tiene un planteamiento diferente de jugar al fútbol. Por lo tanto, debemos comprender su estrategia y sus intenciones en cada fase del juego. La fase de creación consiste en llevar el balón del primer tercio al segundo superando al rival mientras se tiene el balón bajo control.
La fase de creación o a veces denominada fase de progresión implica cómo el equipo con la posesión lleva el balón al último tercio. Por último, la fase de finalización implica las metodologías del equipo para crear ocasiones y marcar goles.
Cómo preparar un análisis del rival
En la fase de preparación tenemos que fijarnos en:
– La estructura: ¿cómo se colocan los jugadores en el campo? Algunos equipos deciden adaptar su formación en la fase de preparación con el propósito específico de jugar de una manera determinada.
– El estilo de juego: Las intenciones del equipo para llevar el balón al 2º tercio pueden variar de jugar balones largos a empezar con pases cortos dentro de su área. Es importante identificar sus intenciones para encontrar puntos débiles y contrarrestarlos.
– Movimientos o características individuales de los jugadores: aunque el entrenador decida el estilo y la táctica, los jugadores son los que ejecutan esas órdenes. Los diferentes jugadores tendrán características que pueden determinar la construcción del equipo. Por lo tanto, es muy importante averiguar cómo se involucra cada jugador. ¿Se desplaza a una zona específica del campo? ¿Tiende a pasar a la izquierda? etc.
Factores y claves que afectan al análisis
Factores a tener en cuenta en la fase de creación
– Estilo: el equipo con el balón puede decidir jugar más colectivo o buscar jugadores con habilidades específicas para llegar al último tercio.
– Explotación de la zona: el equipo puede tener tendencias a jugar por fuera o por dentro.
– Movimientos individuales de los jugadores con y sin balón.
Aspectos clave de la fase final:
– Asistencias y oportunidades de gol: debemos entender si sus oportunidades provienen de zonas específicas (dentro del área, fuera, los canales exteriores, etc.), tipos de asistencias (pases rápidos en el último tercio, jugar por encima de la defensa, centros, etc.) o técnicas (tiros largos, remates de cabeza, etc.).
– Jugadores clave: ¿Buscan a un jugador específico para las últimas asistencias o para la finalización?
Conocer su comportamiento defensivo
Tan importante como conocer las cualidades ofensivas de nuestro adversario es conocer su comportamiento sin el balón. Tenemos que entender sus estrategias defensivas y cómo vamos a atacarles. Dependiendo de la fase del partido, también defenderán de manera diferente.
En la fase de pressing, los equipos analizan la altura a la que se colocan los jugadores, el número de jugadores y la estructura de la primera línea de pressing del adversario. Luego hay que identificar su tipo de presión que puede ser, inexistente, intensa, forzando por fuera, forzando por dentro, cuando hay un punto de activación, etc.
En la fase del tercio medio, hay que centrarse en la anchura de las líneas defensivas del adversario en la zona central del campo.
Cómo cubren los espacios entre los jugadores y entre las líneas y observar cómo se repliega el adversario y cómo se mueve por el campo. En esta fase también se analizan los movimientos tácticos que realizan los jugadores para manipular la defensa contraria.
En la fase defensiva, los equipos analizan la altitud del bloque adversario, su ocupación de las zonas de rebote y el papel del portero. También se fijan en la capacidad del adversario para dominar el juego aéreo. El papel del portero y la capacidad del adversario para dominar el juego aéreo también pueden proporcionar información valiosa sobre los puntos fuertes y débiles defensivos del adversario.
Analizar cómo realiza las transiciones
Las transiciones en el fútbol se producen cuando un equipo pasa de atacar a defender o viceversa durante un partido. Estos momentos son significativos y pueden influir en el resultado de un partido. El análisis de las transiciones de un equipo contrario permite conocer sus puntos fuertes y débiles a la hora de cambiar la dirección del juego, su planteamiento táctico, su forma física, la coordinación entre ataque y defensa, los movimientos de los jugadores, etc.
Esta información puede utilizarse para explotar los puntos débiles, anticiparse a los movimientos de los jugadores y tomar decisiones estratégicas sobre cuándo presionar, replegarse o atacar.
Conocer los puntos fuertes de los jugadores rivales
Es importante analizar a los jugadores individuales en el análisis de la oposición, ya que proporciona información sobre sus puntos fuertes y débiles y permite predecir sus movimientos y comportamiento sobre el terreno de juego. Esta información puede utilizarse después para tomar decisiones estratégicas, como por ejemplo cómo defenderse de sus jugadores clave o cómo explotar sus puntos débiles.
Conocer las mejores habilidades de un jugador puede ayudarte a anticipar su próximo movimiento y planificar en consecuencia, mientras que identificar sus puntos débiles puede ayudarte a presionarles y perturbar su juego. Entender a cada uno de los jugadores también puede ayudarte a comprender el planteamiento táctico general del equipo, ya que cada uno de ellos desempeña un papel único en la táctica del equipo.
Además, identificar a los mejores y a los peores jugadores puede ayudarte a determinar en qué jugadores debes centrarte durante un partido, y a ajustar tu plan de juego en consecuencia.
Análisis de las jugadas a balón parado
Las jugadas a balón parado son otro aspecto que hay que analizar para realizar un análisis de oposición completo y de primera línea. Se trata de estudiar las estrategias a balón parado del equipo contrario y prepararse para las jugadas a balón parado que probablemente utilizarán en un partido.
Una vez recopilada la información, hay que identificar los puntos fuertes y débiles, analizar la entrega del rival, analizar a los corredores del rival y analizar la defensa del rival. Esto incluye observar la formación, los jugadores implicados, la entrega, los patrones de movimiento, la habilidad aérea y el marcaje utilizados durante las jugadas a balón parado. Además, hay que analizar a los lanzadores de penaltis y sus penaltis anteriores.
Conclusiones
Un análisis de la oposición es una herramienta crucial para que los clubes de fútbol profesional conozcan a sus próximos rivales y mejoren sus posibilidades de ganar un partido. El analista de la oposición se encarga de recopilar y analizar información sobre el equipo contrario, incluido su estilo de juego, sus puntos fuertes y sus puntos débiles.
Para realizar un buen análisis de la oposición, hay que tener en cuenta varios factores, como el estilo de juego utilizado en las distintas fases del partido, las características individuales de los jugadores y las jugadas a balón parado. También es importante comprender el comportamiento del rival sin el balón, incluidas sus estrategias defensivas, las transiciones y el juego aéreo.
El análisis de cada jugador y de las jugadas a balón parado puede aportar información valiosa sobre las tácticas y los puntos débiles del equipo, lo que permite tomar decisiones estratégicas en defensa, presión y ataque.