Se dice que los ataques ganan partidos y las defensas ganan campeonatos. Proteger tu portería es más importante que atacar la del rival. Los grandes equipos de la historia se han basado en la solidez de sus centrales y su centro del campo. En base a esta confianza, los atacantes eran más libres para desplegar su juego.
Así, es normal que te preguntes cómo puedo ser un buen defensa. Todos los jugadores quieren meter goles, un menor número quiere evitarlos. Si te esfuerzas por diferenciarte como un buen defensor tienes más probabilidades de ser futbolista profesional, pero para ello hace falta muchísima práctica.
Trucos para defender mejor
Centrales como Sergio Ramos, Van Djik o Piqué no han sido buenos por casualidad. Existe una metodología para evitar que la intuición sea el recurso más utilizado por los defensas. En condiciones normales, el atacante tiene las de ganar en el 1 vs 1, pero nuestro objetivo es nivelar este duelo lo máximo posible.
Posicionamiento frente al rival
La posición ideal sería colocarse a una distancia de mi atacante donde pueda interceptar la pelota antes de que llegue a sus pies. Esto es complicado, ya que desprotejo mi espalda, por lo que lo mejor es darle unos metros, pero presionar lo máximo posible su recepción de balón. Si consigo que reciba de espaldas o que tenga que proteger la pelota ya tengo mi primera ventaja.
En caso de que reciba cómodamente, es fundamental bajar nuestro centro de gravedad (no estar completamente recto) y orientar al atacante hacia su pierna menos hábil. Los jugadores más difíciles de defender son los ambidiestros, ya que pueden salir en cualquier dirección.
Entradas con éxito y carreras de recuperación
Una vez mi posicionamiento ha sido el idóneo, la segunda parte consiste en realizar una entrada con éxito. Los atacantes son jugadores habilidosos, pero siempre existe un momento en el que desprotegen la pelota. Es aquí donde debemos aprovechar para realizar nuestra entrada. En caso de que reciban de espaldas, nuestra presión también ha de aumentar. Eso sí, sin emplearnos con demasiada dureza, ya que entonces será falta.
Si el rival consigue superarnos es clave realizar la carrera de recuperación. Se trata de un sprint donde el objetivo ya no es robar la pelota, sino aparecer en la trayectoria entre el atacante y el portero para bloquear el disparo. Todas estas habilidades puedes aprenderlas con nuestros entrenadores con Licencia UEFA PRO en Soccer Inter-Action.
Los grandes sistemas defensivos de la historia
Hay equipos determinados que serán recordados por su capacidad para no encajar goles. La famosa selección italiana con su sistema de tres centrales ha pasado a la historia por ser inquebrantable. Pero también ha habido conjuntos que han sabido defenderse usando la pelota, como es el caso de España en el Mundial de 2010.
El catenaccio: juego defensivo por excelencia
La traducción al castellano de catenaccio es cerrojo. El término no engaña. El primero en nombrar de esta manera el sistema defensivo italiano fue el periodista Giani Brera, en la década de los 40. Argumentaba que los italianos, fruto de la posguerra, jugaban en desventaja física y solo podían jugar a defenderse y salir al contragolpe.
Así, regalaban el dominio del balón al rival y se colocaban con un líbero detrás de la línea de cuatro defensas. Cuando los atacantes habían superado la primera línea de defensores, aparecía el líbero para robarles la pelota. Desde entonces, Italia y sus clubes han destacado por su capacidad defensiva.
España en el Mundial de 2010: defensa con el balón
Pocas selecciones han conseguido tantos éxitos como la de Luis Aragonés y Vicente del Bosque. España se alzó con la Eurocopa de 2008, el Mundial de 2010 y de nuevo la Eurocopa en 2012. La primera y única estrella de nuestro país tuvo un factor determinante: no encajar ningún gol en la fase final.
Para ello, el equipo se defendía con el balón en los pies. Hay una máxima que dice que si tienes la pelota el rival no te puede atacar. Así defendió España. Portugal, Paraguay, Alemania y Holanda perdieron contra ellos por el mismo resultado: 1-0. En 2010 sabías que si España te hacía un gol era complicado que ganaras el partido.